viernes, 16 de diciembre de 2016

Goya. Vida y Obra


Francisco de Goya y Lucientes (1746-1828) es uno de esos artistas que cruza, el sólo, todo un siglo de evolución de la pintura y la proyecta hacia estilos futuros. Es, además, un cronista crítico y, a veces, amargado de su tiempo. Todo ello, unido a su longevidad y a su evolución tardía, hacen de Goya un artista complejo e inclasificable.


Autorretrato, 1815


1. Biografía
Nace en 1746 en Fuendetodos (Zaragoza) y se forma desde los 14 años en el taller de José Luzán en Zaragoza. Allí copia pinturas de estilo barroco tardío.
En 1764 participa en un concurso en Madrid cuyo premio era el ingreso en la Academia de San Fernando, pero fracasa. También viajó a Italia, dónde presentó un cuadro en un certamen convocado por la Academia de Parma.
Al volver a Zaragoza, recibió encargos procedentes de instituciones religiosas, destacando los frescos de la bóveda del coreto de la Basilica del Pilar.
En 1773 su vida da un giro al casarse con Josefa Bayeu, hermana de dos prestigiosos pintores del momento bien relacionados con la corte. Gracias a ellos, consigue su primer encargo importante: la realización de los cartones para los tapices de la Real Fabrica de Tapices de Santa Bárbara. Nuestro autor trabajó durante 15 años en la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara, de 1774 a 1791.
Goya y su mujer se trasladan a Madrid en esa época. En 1780 ingresa en la Real Academia de San Fernando y es nombrado pintor de la corte. Goya obtiene seguridad económica, al obtener encargos de casas nobiliares importantes como las de Osuna o Medinaceli y contacta con la élite cultural ilustrada de la época, En 1786, Carlos III lo nombra pintor de la corte.
En 1792, sufre una enfermedad que le produjo sordera, algo que dejó secuelas en su personalidad y en su obra. A pesar de ello, la última década del siglo XVIII y los inicios del XIX, fueron esplendorosos para el artista. En esta época, pintó los los frescos de San Antonio de la Florida, el retrato de la familia de Carlos IV y las dos Majas. También realizó la serie de grabados de Los Caprichos.
En 1808 el estallido de la Guerra de Independencia le llevó a una profunda crisis personal e ideológica: Goya oscilaba entre su rechazo a la represión ejercida por los franceses y su oposición al viejo régimen encarnado por los Borbones. Su postura respecto al gobierno de José I, hermano de Napoleón Bonaparte, fue ambigua. En 1814, al finalizar la guerra, pintó los Fusilamiento del tres de Mayo, los Desastres de la Guerra y La Tauromaquia. A la vuelta de Fernando VII, no sufrió represalias, pero su relación con éste no fue fácil. Enemistado con Fernando VII, se retiró a La Quinta del Sordo, cuyas paredes decoró con las famosas Pinturas negras realizadas entre 1819 y 1823.
En 1823, tras el fracaso del Trienio Liberal y el retorno de la Monarquía Absoluta, la situación en España era insufrible por la durísima represión contra los liberales, por lo que decide abandonar el país e instalarse en Francia, donde moriría en 1828. Allí pintó La Lechera de Burdeos, considerada antecedente del Impresionismo.

2. Obra. Etapas y Temas 

A) Las escenas costumbristas. Goya representó escenas populares (festejos, escenas de caza o labores agrícolas, por ejemplo) que son un testimonio esplendido de la vida cotidiana de la España de finales del XVIII. Esta temática de Goya se aprecia sobre todo en sus cartones para tapices en los que aparecen esta suerte de personajes (majas, vendedores ambulantes, niños, etc.). Los temas reflejados suelen ser anecdóticos y carecen de la mirada crítica posterior. Técnicamente, son cuadros claros y luminosos. Destacan La Merienda a la orilla del Manzanares, El Quitasol, El Baile de San Antonio de la Florida, Las Lavanderas, etc.

El Quitasol, 1777


B) Las obras de temática religiosa. A pesar de que Goya no sobresale en este campo hay que señalar algunos trabajos interesantes, sobre todo en la primera parte de su carrera. Por ejemplo a los frescos de la Basílica del Pilar de Zaragoza, caracterizados por la permanencia de la mentalidad contrarreformista propia del Barroco. El primero de ellos, de 1772, "La Adoración del Nombre de Dios" es todavía una pintura clasicista. El segundo, el "Regina Martirium" de 1782, contiene algunos de los rasgos que harían famoso al artista posteriormente como el predominio del color y las figuras desdibujadas. Las innovaciones de estos frescos le valieron la enemistad con su cuñado, Bayeu.

Cúpula Regina Martyrium en la Basílica del Pilar, 1781


Otras obras de cariz religioso importantes de Goya serán el Cristo Crucificado (trabajo que presentó para entrar en la Academia de San Fernando) y los Frescos de la ermita madrileña de San Antonio de la Florida en los que el pintor introdujo a personajes con la vestimenta popular madrileña de la época, mezclando así lo religioso y atemporal con lo profano e histórico.

Frescos de San Antonio de la Florida, 1798




C) Los Retratos. Goya fue un retratista prolífico y uno de los mejores de la historia de la pintura española. Se convirtió en el retratista de moda a finales del XVIII y obtuvo una avalancha de encargos procedentes de la familia real, la nobleza y las élites intelectuales. Entre las obras realizadas por encargo de la aristocracia sobresalen a la duquesa de Alba y las realizadas a los Duques de Osuna con sus hijos, que actuaron como mecenas del artista.
Goya fue muy hábil a la hora de plasmar la personalidad y rasgos del retratado y su posición social sin necesidad de idealizarlo. Esto se aprecia con bastante nitidez en el retrato de su amigo Jovellanos o en el de Carlos III como cazador.
Los retratos más famosos de Goya son la pareja formada por Las Majas, la desnuda y la vestida, obras polémicas de las que se desconoce, aún hoy en día, la identidad de la protagonista.

La Maja Desnuda, 1790-1800


Sin embargo, su obra maestra en este campo fue La Familia de Carlos IV dónde Goya se muestra inmisericorde en la descripción de los defectos de los miembros de la familia real española (la mirada vacua del rey, la fealdad de la infanta María Josefa, etc.). Aunque la obra nos remite a Las Meninas de Velázquez, su composición es sencilla: sobre un fondo en el que cuelgan dos enormes lienzos, se sitúa la familia real, con la Reina en el centro (detalle nada casual que nos recuerda la debilidad de carácter de Carlos IV) y un autorretrato del pintor en un extremo. La riqueza y vivacidad cromática del cuadro nos da una idea del estilo de Goya en aquellos años.


La Familia de Carlos IV, 1800


D) Obras de Crítica social y religiosa. Destacan, en este ámbito, pequeños cuadritos (La Inquisición, Procesión de disciplinantes, El Aqulearre...) en los que Goya reflexiona, con cierta amargura, sobre el peso de la superstición en el seno de la sociedad española. Desde una perspectiva racionalista, propia de la Ilustración, pero pesimista, por la negrura que muestra, dibuja tanto el siniestro poder de instituciones eclesiasticas (la Inquisición, por ejemplo) como la persistencia de las creencias en la brujería entre el campesinado español.


El Aquelarre, 1797-1798


E) La pintura de género histórico. En 1814, tras finalizar la Guerra de Independencia, Goya presentó dos cuadros que ilustran episodios de la insurrección en Madrid contra los franceses el dos de Mayo de 1808. Son La carga de los Mamelucos o El dos de Mayo de 1808 y Los fusilamientos de la Montaña del Príncipe Pío o El tres de Mayo de 1808Ambos reflejan la barbarie y crueldad propias de la guerra y muestran una visión no heroica, sino trágica, al contrario de lo acostumbrado en pintores neoclasicistas como David.

El Tres de Mayo de 1808, 1814


F) Los Grabados. Goya llevó a cabo una intensa labor en este terreno, normalmente por iniciativa propia, convirtiéndose en uno de los representantes más importantes de esta técnica y siendo éstas la mejor definición de las intenciones de Goya como artista. La mayor parte de su producción se agrupa en series, aunque también encontramos algunas láminas sueltas. Estas series son las siguientes:
Capricho 42. "El sueño de la razón produce monstruos"

1. Los Caprichos. 80 estampas editadas en 1799 realizadas. Se retiraron pronto de la venta por el temor a las represalias que pudiera tomar la Inquisición. Según el propio pintor, trataban "asuntos caprichosos que se prestaban a presentar las cosas en ridículo, fustigar prejuicios, imposturas e hipocresías consagradas por el tiempo" 
En ellas abundan alusiones a la brujería, críticas a la educación de la época, denuncias de costumbres como el matrimonio por conveniencia.. Los colores son limitados: blancos, negros y grises, lo que acentúa el carácter sombrío y expresionista de la obra.





Los Desastres 5. "Y son Fieras"
2. Los Desastres de la Guerra, surge con motivo de una gran crisis personal e ideológica del artista, causada por el impacto de la Guerra de la Independencia. Desde 1810 a 1802, se dedica a plasmar escenas que narran el lado más cruento de la guerra: las muertes, las torturas, etc. La obra no es, por tanto, propaganda a favor de la causa independentista sino un testimonio crudo sobre las consecuencias de la guerra. 
Son 82 estampas en las que emplea técnicas como el aguafuerte o la aguatinta y que se caracterizan, como los Caprichos, por su expresividad.
3. Los Disparates (1819-1824) son 22 estampas en las que predomina una visión irracional y alegórica
4. La Tauromaquia (1816) y los Toros de Burdeos (1825) son de carácter más amable y costumbrista y reflejan la afición que Goya tenía hacia las corridas de toros. La segunda serie presenta la novedad del empleo de una nueva técnica: la litografía.
G) Las Pinturas Negras de la Quinta del Sordo, una casa en las afueras de Madrid, en las que se refugió un Goya enfermo y sordo hacia 1820. Allí pintará sobre las paredes unas 14 composiciones que muestran a un pintor encerrado en si mismo, obsesionado con el dolor, la muerte y la desesperanza, que deforma las figuras para potenciar su expresividad y que reduce la gama de colores al negro, el marrón y el verde oscuro. 

Saturno devorando a sus hijos, 1820-1824

Aquelarre1820-1824

Los viejos comiendo sopa, 1820-1824

El duelo a garrotazos, 1820-1824



3. Características Técnicas. El Estilo de Goya
  • Al no ser un artista precoz y , además, su evolución no ser lineal, es muy complicado encajarlo dentro de ninguno de los estilos de su época. Los cultivó todos (el barroco tardío, el neoclasicismo, el romanticismo) pero ninguno lo definió y los superó a todos. Es, por tanto, un genio y un artista inclasificable.
  • En general, se define, al igual que los grandes pintores barrocos o que románticos como Delacroix, por una pintura en la que el movimiento y el color se imponen al dibujo. En sus inicios, el colorido es luminoso, de tonos suaves;en las pinturas negras su gama se redujo a negros, grises y marrones, consiguiendo efectos expresionistas. Utilizó, también, la pincelada suelta y rápida, dibujando por medio de trazos que compatibilizaba con gruesos empastes.
  • Sus composiciones son armoniosas y geométricas al principio. Sin embargo, en obras tardías como las Pinturas Negras, los personajes principales aparecen descentrados y el desequilibrio define la escena.
  • En cuanto las técnicas, empleó, prácticamente, a todas las posibles: óleo sobre lienzo o tabla, frescos, grabado sobre aguafuertes o en litografía...
  • Fue un cronista excepcional, por su originalidad y sentido crítico. Se preocupó por lo colectivo, tanto en un sentido festivo como en el dramático que muestran series como Los Desastres. Mostró también la fealdad y lo grotesco. Fue uno de los introductores de estos tópicos en la historia de la pintura occidental.
4. Trascendencia e influencia de la obra de Goya

Goya fue, en muchos aspectos, el precursor de muchos de los movimientos artísticos de los siglos XIX y XX. Es por sus temas y técnicas, el primer artista plenamente contemporáneo. Entre sus influencias, podemos enumerar:
  • el Romanticismo por el uso del color, la luz y el movimiento.
  • el Realismo por el interés en los tipos populares y la cotidianeidad.
  • el Impresionismo por sus pinceladas sueltas, el interés por la luz y por la captura del instante. La lechera de Burdeos ha sido catalogada como obra precursora del Impresionismo.
  • el Expresionismo por el recurso a la deformación de las figuras como medio de expresión.
  • el Fauvismo por su liberación del color.
  • el Surrealismo por la representación de los sueños y de las pesadillas como tema recurrente.

La Lechera de Burdeos, 1827


Para saber más:



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